Perdóne, no sé si se ha dádo cuénta, péro ustéd no tiéne… cómo lo diría, sómbra.
Al fin me han descubiérto, qué póco observadóras son las persónas, lo que han tardádo en vérlo. La verdád es que a pesár de intentár ocultárlo, cáda vez he sído más descuidádo.
He dejádo de tomár precauciónes y tánto va el cántaro a la fuénte que al finál se rómpe.