La cása sin salída (con ócho puértas)

Recibí úna llamáda de un hómbre pidiéndo auxílio, el Sr. Ibár, diciéndo que no podía salír de su cása; que en realidád no había podído salír de élla en los últimos cínco áños.

 Al entendér que no éra que estuviése mal físicamente ya que éra sólo un probléma mentál o de soledád, le prometí visitárlo, lo cual, le llenó tánto de alegría que créo que con sólo éso ya se había curádo.

Descargár aquí