Dos publicaciónes

Recientemente me han publicado estos dos relatos.

Os póngo el enláce a lo que me publícan y al originál.

.1  Cig Publicádo por La revísta «Sembrando palabras» «Tildádo»

Enláce a la publicación:

Nuéstro enláce al originál en PDF

http://www.evilfoto.eu/pagina_cuentos/1434_cig.pdf

.2 «Sobre la experiencia» Publicádo por: «Fundación Círculo Burgos»

 Publicádo en papél.

Como lo publícan en papél, póngo la imágen

Nuéstro enláce al originál en PDF

http://www.evilfoto.eu/pagina_cuentos/1454_sobre_la_experiencia.pdf

El níño, los tres cerdítos y el lóbo cobárde

Háce únos ócho áños, la Asociación «Autismo Madrid», convocó un concúrso de cuéntos adecúados pára níños con ésta problemática del Autísmo.

Se me ocurrió enviárles un cuénto «Tildádo», ya que pensé que pára ésos níños sería más fácil leérlo, que necesitándo sabér 80 páginas de las réglas del acentuádo. Escríto con vocabulário muy símple.

Póngo el enláce a su publicación, y también el originál, ya que la Asociación le quitó las fótos que considéro impórtantes. Luégo lo he mejorádo un póco y he añadído un áudio.

Espéro gúste.

Publicádo por «Autismo Madrid»

.El originál + áudio

http://www.evilfoto.eu/pagina_cuentos/cuentos115.htm

La estrélla de la trinchéra

No debí habérlo hécho. Cuando se está en úna trinchéra, esperándo el atáque del enemígo, lo que ménos débes hacér es dejár de concentrárte y pensár que en únos días, cuando te tóque el permíso, además de estár con la família, te encontrarás con los amígos del Club de Ficción. Después de hablár de lo boníto que es la fantasía, a disfrutár de la céna, ésa sí muy reál.

No lo debí hacér. Al volvér a mirár por el telescópio de mi fusíl, vi a un enemígo que me tenía enfocádo con el súyo, púde ver que el gatíllo estába a púnto de disparár. En cuestión de instántes llegaría mi fin.

Mi pasión por la Ficción me ha dádo múcho, y álgo maravillóso que he recibído es que, en los moméntos críticos de mi vída como éste, téngo cási tódos los podéres del múndo.

«Vi úna cása con úna mujér y a su pequéña montándo un precióso pesébre, la mádre íba indicándo a su híja dónde ponér las diferéntes figúras, ¡cuánto amór y cuántas rísas!»

Volví a la realidád, mi enemígo había bajádo el rífle y me mostrába úna pequéña estrélla por encíma de su parapéto. Sí, prónto sería Navidád.

Ahóra, como soldádo tenía mi oportunidád, sin embárgo, dejé mi árma y con mis dédos formé un corazón.

Mi inménso podér volvió a aparecér.

«Ahóra véo en la cása, a un hómbre que póne sóbre úna montáña del Belén la estrellíta de la trinchéra miéntras abráza a su família quienes hácen con sus mános un corazón»

Felíz Navidád de Fantasía.           

* * *

FIN

El violinísta del tiémpo

Lo que más acérca

la música al puéblo,

es subír el volúmen

Désde mi niñéz siémpre imaginé que podría tocár múchos instruméntos, hacérlo con cualquiér música, lugár, tiémpo o situación y por supuésto, de maravílla. Me imaginába haciéndo viájes al pasádo, en donde podía a tocár en preséncia de grándes personájes: pápas, emperadóres, auditoriós o cuando quisiéra.

http://www.evilfoto.eu/pagina_cuentos/1182_el_violinista_del_tiempo.pdf

Óro

La importáncia de úna pípa de fumár pára ótros planétas

Siémpre me gustó el Señór Mína —Apellído muy acórde con su profesión—. Úna vez lo túve como profesór en un cúrso sóbre «La história de los recúrsos mineráles en la Tiérra». Ésta chárla, prónto derivó más en histórias sóbre «sus» mineráles, que en un estúdio sério sóbre minería o economía. Péro lo pasábamos bién.

Como núnca más lo volviéron a invitár a dar cláses o cúrsos en nuéstra universidád, se dedicó a charlár sóbre lo que más sabía. Los metáles, en especiál sóbre el óro y sus aventúras personáles.

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Robándoles el álma

¿Me puéde explicár qué es tódo ésto?, me díjo el directór de la universidád extendiéndo el periódico sóbre la mésa.

«Científicos de nuéstra Universidád investígan las cáusas de la pérdida del álma, ¿Péro quiénes son los desalmádos?»

—Lo siénto Sr. directór, no pensé que lo hubiésen creído y publicádo en éstos términos tan periodísticos.

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El agricultór

Téngo un muy buén amígo que es pescadór. Désde háce áños me invíta a que víva en su puéblo, mónte un negócio y así podér vérnos con más frecuéncia.

 Cuando perdí mi empléo, creí que éra el buén moménto pára rehacér mi vída y disfrutár con lo que siémpre había querído ser, agricultór.

 Cuando le comenté que había comprádo un terréno cérca del mar, y al ládo de los sítios por dónde él faenába, me díjo que me había equivocádo y que me hubiése tenído que dedicár a la pésca…

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Diário de un vírus

Unos días ántes de que se decretáse el estádo de Alárma, viéndo lo que nos esperába y con el propósito de podér dar respuésta en un futúro a los híjos (que no téngo) sóbre: «Papá, qué hicíste duránte el Coronavírus» o símplemente pára recordár (ojalá), lo que ocurrió duránte ésos días de recogimiénto, início éste diário.

Anotaré, lo que pása en mi bárrio, ciudád, país o múndo (de lo póco que véo y de lo múcho que óigo, léo o me entéro). Serán reflexiónes relacionádas a mi situación, ya que tódo a partír de ahóra será muy iguál y repetitívo.

 

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Asesináto en la bibliotéca

A los asesínos se les puéde capturár o pescár.

El gríto resonó de úna manéra exageráda en la bibliotéca. Normálmente en élla nádie hábla fuérte, así es que ése alarído de horrór acalló complétamente cualquiér ótro sonído en las várias dependéncias.

Tódas las mirádas y pásos se dirigían hácia el sítio de donde tal laménto de terrór se producía.

¡Los servícios en la plánta bája!

¡Hay un muérto, hay un muérto, lo han asesinádo! Gritába úna desdicháda.

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Comprár sonrísas

Al salír de viáje, el prodúcto que siémpre cómpro en el “Líbre de impuéstos” del aeropuérto, es el «Mil Sonrísas». Viéne en úna preciósa bólsa alégremente decoráda.

Si el viáje no es muy lárgo, cómpro ménos Sonrísas, ya que últimamente son muy cáras por lo escásas que son.

Siémpre las úso tódas y en algúnos viájes maravillósos, me arrepiénto de no habér comprádo más.

Cuando mi bólsa está lléna, me es muy fácil el sonreír a tódo el múndo, y me arréglan hásta las situaciónes más difíciles.

Es un prodúcto milagróso. El paquéte viéne con úna gran variedád de sonrísas, y siémpre encuéntro en la bólsa, la apropiáda pára cáda situación. Las que más me gústan son «La média sonrísa» y «El ustéd me gústa múcho». Sr. fabricánte, pónga algúnas más de éstas últimas, ¡cuánto las gásto!

Me sorprendió tánto la gran variedád que ofréce éste artículo, que llamé al que las háce y le pregunté cómo éra posíble que en su paquéte siémpre hubiése la sonrísa apropiáda. Que cómo las fabricába.

Reálmente no las fabricámos, me díjo. Símplemente las recolectámos de las persónas que, teniéndo la oportunidád de ofrecérlas, no lo hácen. ¡Qué tristéza! En cuanto a la variedád, no sábe ustéd la de buénos y variádos sentimiéntos que las persónas poséen y que múchos tiénen miédo de expresár.

Afortunádamente, ahóra hémos conseguído envasár «La jóya de la coróna». Son las mejóres sonrísas que exísten y que ahóra comenzarémos a repartír. Son las «Sonrísas Devuéltas». ¡Qué preciosidád!

Por lo que véo, ustéd ya es un expérto en sonreír, si me lo permíte le enviaré úna muéstra gratuíta de éste prodúcto, no necesitará múchas, si el sonreír ya es difícil, el devolvér la sonrísa, lo es múcho más.

                                                                           * * *

                                                                          F I N

 

 

La sécta de los tomátes de colgár

A un agricultór muy, muy ríco le habían enseñádo úna variedád de tomátes, —su frúta preferída—, llamáda «de colgár», que se mantenía comestíble y sin pudrírse duránte múcho más tiémpo que el típo de tomátes que él cultivába.

Como en el inviérno no podía disfrutár de los típicos tomátes que cáda áño plantába, ésta variedád le ilusionó tánto, que comenzó a estudiár cómo hacér que ésta hortalíza que ya de por sí se mantenía frésca más tiémpo, le duráse al ménos, hásta que los tomátes normáles diésen su producción al áño siguiénte.

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Mi vída está en la cálle

Un indigénte de úna cálle cualquiéra, puéde encontár en los contenedóres de basúra cósas de lo más interesántes.

 * * *

¿El Sr. Serráno, Andrés Serráno?

   —Sí.

   —Perdóne, podría bajár un moménto.

   —Quién es ustéd, y por qué debería bajár.

   —He encontrádo un cuénto súyo en el contenedór de la basúra y quisiéra hablárle.

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El biógrafo del Diáblo

Núnca pensé que un mensáje representáse pára mí un tal cámbio de vída y pára la humanidád, úna visión tan diferénte de sus creéncias.

Por ser úna persóna catalogáda en el ámbito profesionál como úno de los mejóres biógrafos y traductóres del múndo, el Diáblo me envió un Mensáje de Memória.

 

 Sr. Dúran:

 Le rogaría me informáse si puéde estár interesádo en trabajár pára mí. Si es así, desearía hablár con ustéd y explicárle personálmente mi proposición.

 Si me confírma (por éste mísmo médio) su interés por la entrevísta, pasaría a visitárlo lo ántes posíble ya que quisiéra comenzár un proyécto de inmediáto, el cual llévo múcho tiémpo meditándo y planeándo.

 Salúdos.

El Diáblo

* * *

Puéde descargárlo aquí

http://www.evilfoto.eu/pagina_cuentos/cuentos_97.htm

http://www.evilfoto.eu/pagina_cuentos/1355_el_biografo_del_diablo.pdf

 

Cómo intentár grabár un cuénto y «morír» en el inténto.

Áudio de Nára: https://goo.gl/b6jAzC

Quería aprendér ésto de grabár un áudio de un reláto y me pareció que como el cuénto de «Nára» es córto y de un téma muy universál, pués sería el ideál pára hacérlo.

¡Ay! Qué optimísta y pardíllo soy.

Me compré únos buénos auriculáres con micrófono, descargué un prográma gratuíto pára grabár… y ya estába lísto a ser el mejór locutór, de tóda la rádio mundiál.

El cuénto es córto, cínco minútos. Considerándo que los prográmas de rádio dúran úna hóra… lo mío lo haría en un plis plas.

Escójo las hóras de la nóche por su tranquilidád…

Y comiénzo a grabár.

Lláman a la puérta… luégo pása la basúra y úna ambuláncia un póco más allá. Vuélvo a comenzár.

Ciérro ventánas, lavadóra, áire acondicionádo, ventiladór… ¡péro será posíble tódo el ruído que en úna cása hay!

Recomiénzo… tódo va bién… recíbo un corréo electrónico, váya pitído que da. Vuélta a empezár.

Revíso tóda la cása… máto tres gríllos y dos mosquítos.

Créo que ahóra sí que estóy lísto… buéno cási, débo esperár 2 minútos… téngo un relój de paréd, que da las médias hóras y tódas las entéras. Dong, dong, dong…

Lísto, re-comiénzo.

Sin ventiladór, ni áire acondicionádo comiénzo a sudár… úna góta caliénte bája hásta mi naríz… se la bébe úna mósca que pasába… así, ¡qué difícil es trabajár! Súfro los sudóres del botíjo.

El sudór háce que el auriculár izquiérdo se deslicé y túmbe mis gáfas. No véo lo que téngo que leér.

Me píca la oréja y no me puédo rascár.

Qué lárgos son cínco minútos de grabación…

El cuénto comiénza tranquílo, pausádo, luégo a medída que me quédo sin salíva, paréce úna carréra de cién métros.

Al finál me ríndo… lo reconózco, cínco minútos sin hacér fállos, son múcho tiémpo y decído partírlo en cínco trózos de un minúto.

¿Álguien sábe en milisegúndos cuánto tiémpo débo parár cuando en el téxto hay un púnto, úna cóma, o un púnto y cóma?

La cósa mejóra… y el prográma, que es úna maravílla, me permíte pegárlos, cortár, borrár, pulír y créo que hásta afilár.

El que quiéra criticár mi grabación que lo hága, péro que piénse ántes en mis sufrimiéntos.

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Áudio de Nára:
https://goo.gl/b6jAzC