Puésto así, lo mísmo que la libertád, tódos tenémos derécho a exponér.
Péro no hay dúda que éste derécho se tópa con el derécho de los demás, no a exponér, que también lo tiénen, síno a tenér que aguantár tu exposición…
Ésta discusión no exíste cuando se es un buén fotógrafo y el exponérlas es un gústo pára el que lo háce y un placér pára el que las ve ya que entónces tenémos el mejór de los dos múndos.
¿Péro qué pása cuando se es un fotógrafo mediócre o peór? También tenémos nuéstro corazoncíto.
¿Nos podémos negár, aúnque séa úna vez en la vída a exponér nuéstras «óbras maéstras»?, ¿a tenér un instánte de esplendór?